Undécima entrega 18 de julio 2021

 


Un libro: La sabiduría de los idiotas. Cuentos de la tradición sufí, Idries Shah (1963)


Los cuentos sufíes son una fuente de sabiduría o al menos de reflexión. Hay muchas colecciones, pero le tengo especial cariño a esta de Idries Shah, La sabiduría de los idiotas, que ha sido reeditada muchas veces desde su aparición en español por EDAF, en su colección Arca de la Sabiduría, en 1993.

Desde entonces, lo aficionados al sufismo han crecido y es posible ver en ellos una manera de mezclar el aspecto del pensamiento con la forma narrativa, algo característico del mundo de las sociedades orales., donde estas historias se cuentan y repiten mediante los contactos entre gente no letrada. Por eso no es de extrañar el título o encontrarnos pequeños relatos como este "Los mendigos y los trabajadores" que nos muestra precisamente a continuación esa banalidad del que se cree erudito —un acumulador de datos pero no de sabiduría, un proceso distinto del que seguimos padeciendo hoy con más frecuencia de la admitida.

Podemos leer en la obra este sabroso texto:

Se cuenta que la gente decía de Ibn el-Arabi:
«Tu círculo está compuesto sobre todo por mendigos, labradores y artesanos. ¿No puedes encontrar gente de cultura que te siga, para que se preste una atención más cualificada a tus enseñanzas?»
El respondió:
«Cuando haya hombres influyentes y eruditos cantando mis alabanzas, el Día de la Calamidad estará muchísimo más cerca; porque sin duda lo estarán haciendo por su propio bien, ¡y no por el bien de nuestra obra!» (p.67)

En tan pocas líneas, se revela una enseñanza que se graba en nuestra mente mediante la forma de la pequeña narración.

Hay ediciones más recientes de este texto, señal que ha seguido gustando al público desde que saliera de la mano de Shah en 1970 en su edición inglesa.

  • Idries Shah La sabiduría de los idiotas, Ed. Edaf, 1993. Prólogo de sebastián Vázquez y traducción de Alfonso Colodrón. 197 pp.

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Una canción: Both Sides Now, Joni Mitchell (1969)


Hubo un tiempo en que los norteamericanos no se burlaban de los canadienses y se inspiraban en sus canciones. El caso de Leonard Cohen es de los más significativos, pero también el de Gordon Lightfoot y, de forma especial,  Joni Mitchell, a la que conocieron por sus canciones antes que por su voz. Este maravillosa Both Sides Now se convirtió en éxito en la voz de la gran cantante Judy Collins (la Judy "ojos azules" de la Suite famosa de Crosby, Stills & Nash, que algún día traeremos), en 1967 y solo aparecería en un disco suyo en 1969. Desde que saltó a las ondas fue recibida con emoción y siguen grabándose versiones porque es una de esas canciones que es imposible olvidar y te acompañan siempre.

Sí, hubo una corriente enriquecedora que llegaba del Canadá, que traía una forma diferente de expresar la poesía en un mundo en el que el folk usaba de ella para expresarse. Música que había que escuchar, que meditar, que saborear palabra a palabra. Son múltiples las versiones realizadas de esta canción, convertida en auténtico himno de la época. Pero nos quedamos con Joni Mitchell, sin quitar méritos a muchas otras de gran calidad y es que Both Sides Now había que cantarla de corazón, como un poema respiratorio. Mitchell le supo poner palabras al cambio de la vida al drama de la consciencia de uno mismo conforme la vida se va haciendo más compleja, "something's lost, but something's gained / In living every day..."

Both Sides, Now

(Joni Mitchell)

Rows and flows of angel hair
And ice cream castles in the air
And feather canyons everywhere
Looked at clouds that way
But now they only block the sun
They rain and they snow on everyone
So many things I would have done
But clouds got in my way
I've looked at clouds from both sides now
From up and down and still somehow
It's cloud illusions I recall
I really don't know clouds at all
Moons and Junes and Ferris wheels
The dizzy dancing way that you feel
As every fairy tale comes real
I've looked at love that way
But now it's just another show
And you leave 'em laughing when you go
And if you care, don't let them know
Don't give yourself away
I've looked at love from both sides now
From give and take and still somehow
It's love's illusions that I recall
I really don't know love
Really don't know love at all
Tears and fears and feeling proud
To say, "I love you" right out loud
Dreams and schemes and circus crowds
I've looked at life that way
Oh, but now old friends they're acting strange
And they shake their heads and they tell me that I've changed
Well something's lost, but something's gained
In living every day
I've looked at life from both sides now
From win and lose and still somehow
It's life's illusions I recall
I really don't know life at all
It's life's illusions that I recall
I really don't know life
I really don't know life at all

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Una película:  Dos en la carretera (Stanley Donen 1967)


Dos en la carretera es una de esas películas que puedes apuntar en tus favoritas. ¿Es una comedia? ¿No será quizás una mirada a cómo nos va cambiando la vida? Si la canción de Joni Mitchell nos hablaba del cambio como centro de la vida, la película de Donnen nos habla más de los efectos de esos cambios desde la perspectiva de la pareja. Esos años fueron críticos con las instituciones y el matrimonio no se libró del escalpelo. Películas como El graduado y muchas otras ponían en pie los tópicos del amor para ver cómo el romance es solo parte, el principio de algo que se va haciendo más complicado.

Donen recrea una maravillosa metáfora en ese viaje que se emprende por un mismo camino, pero donde los caminantes han cambiado, ya no son los mismos —aunque se empeñen en fingirlo— que la última vez que lo surcaron. La vida nos cambia, sí. Dos actores en pleno estado de gracia,  Audrey Hepburn y Albert Finney, interpretando toda una vida matrimonial, kilómetro a kilómetros, a lo largo de esa vida carretera. Una "road movie" única, moderna e inteligente.

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